Hola chicos,
Hoy os escribo
esta entrada con una pena enorme…
Os escribo para
deciros que lo siento, lo siento mucho, por todo lo que estáis perdiendo…
Me explico, supongo
que todos habréis visto, o sino por lo menos oído hablar, del gran incendio que
está afectando a nuestro Bierzo, a nuestros bosques, y a nuestro mayor tesoro,
bueno, el que era nuestro mayor tesoro, el Valle del Silencio. Quizás algunos seáis
conscientes, quizás algunos aún seáis muy jóvenes para ello, pero os han robado
un lugar de ensueño, un rincón perdido en el tiempo, una auténtica joya. Los
que tuvisteis la suerte de conocerlo os pido que retengáis en vuestras pupilas,
en vuestra memoria, ese valle encantado, ese pequeño trozo de paraíso que
estamos perdiendo… los que no lo conocisteis, de verdad, lo siento, porque habéis
perdido un lugar mágico, una paz inmensa, un aire frío y limpio, un verde vivo,
un rincón para huir y encontrase, un trocito de lo que somos, de que sois…
Cuenta la
leyenda que San Genadio, santo ermitaño que habitó ese valle, molesto por el
ruido que hacía un pequeño riachuelo mientras el meditaba, gritó al valle que
guardara silencio, y de ahí su nombre. Pues bien, hoy el silencio del valle ha
dejado de ser esa calma que llenaba el alma de aquel que se perdía entre sus
bosques, en sus caminos, para convertirse en un silencio diferente, el un
silencio vacío, en un silencio frío, en un silencio negro… Tal era su belleza
que otro santo, san Valerio, describía así este valle: “es un lugar parecido al
Edén y tan apto como él para el recogimiento, la soledad y el recreo de los
sentidos. Cierto es que está vallado por montes gigantescos, pero no por ello
creas que es lóbrego y sombrío, sino rutilante y esplendoroso de luz y de sol,
ameno y fecundo, de verdor primaveral…”. Esto es solo un pequeño ejemplo que os
puede llevar a entender la magia, la esencia, del lugar que estamos perdiendo,
que hemos perdido, que inspiró a estos hombres, que cautivó mil miradas…
Quiero además
de deciros que lo siento, pediros también perdón, perdón porque también yo
tengo una pequeña parte de culpa de que hoy os roben este tesoro, porque todos
la tenemos, porque bien sabíamos que no se valoraba lo suficiente la zona, que
la Junta, desde sus brillantes despachos, tiene a nuestro bierzo abandonado y
con ello a nuestras grandes riquezas naturales y patrimoniales, y aún así, como
siempre, no hicimos nada, nada salvo quejarnos desde el sofá de nuestra cómoda
casa, desde la compañía de nuestros amigos en un bar tras unas cervezas, no nos movimos lo suficiente para defender lo nuestro, para gritar que lo
protegieran, que lo cuidaran, y ahora… ahora ya no lo tenemos, ya no lo tenéis…
¿Quién nos iba a decir que perderíamos en un instante algo que parecía eterno?
No sé si entendéis
hoy, vosotros, tan jóvenes, la impotencia, la rabia y la tristeza tan grande
que hoy siento, por mi, por vosotros, por mi hija… Solo quiero pediros que luchéis,
que no hagáis como yo, que no os quedéis callados, que miréis a vuestra tierra,
a vuestro Bierzo, a este lugar tan hermoso que se nos ha regalado, que lo protejáis,
que no os quiten más pues hoy estáis perdiendo algo muy grande, pero siempre podéis
conseguir que no acabemos perdiéndolo todo.