martes, 21 de septiembre de 2021

ANÁLISIS DE UNA OBRA: VENUS DE MILO

Esta estatua de la segunda mitad del siglo II a.C., fue hallada en el siglo XIX en la isla de Milo, en el archipiélago de las islas Cícladas, de ahí su nombre.
Realizada en mármol, hoy podemos contemplarla en el Museo del Louvre.

La escultura está realizada en varios bloques cuyas uniones no son visibles.

La obra, en bulto redondo, pertenece a la tendencia dentro del helenismo, que se desarrolló en Grecia y sur de Italia, conocida como corriente clasicista o neoaticismo,  que pretende volver a la belleza ideal, equilibrada y serena, que se había explorado durante los siglos IV y V a.C. Muestra así, una acusada influencia de la Venus de Capua, obra de Lisipo,  que se presenta también semidesnuda, con una anatomía muy parecida así como los pliegues de la ropa.  Sin embrago, como obra del siglo II y del periodo final del arte helenístico, las distintas direcciones
Venus de Capuan.
tomadas por el torso y las extremidades, el contrapposto que dota de un desequilibrio a la estatua y los múltiples pliegues del drapeado con sus contrastes, confieren una inquietud a una obra que a primera vista parece una figura estática. 
Aunque nos faltan los brazos, la musculatura reflejada en el hombro izquierdo sugiere que el brazo estaba alzado.


La opinión mayoritaria supone que la figura femenina representa a Afrodita, diosa del amor y la belleza, hija según la versión más aceptada de la espuma del mar que surgió tras la castración a Urano, aunque otras versiones minoritarias la hacen hija de Zeus y Dione. Es una Diosa muy poderosa, hasta tal punto que tiene poder sobre los hombres así como sobre los dioses. Los propios griegos diferencian dos Afroditas, la Afrodita Urania vinculada a un amor más sagrado y más celestial, y la Afrodita Pandemos, vinculada a un amor más terrenal y erótico. 
Realmente, la ausencia de brazos dificulta su identificación ya que cabe suponer que podía portar algún atributo que ayudase a esclarecer la temática.


La autoría de la obra no está clara, junta ella en unos fragmentos encontrados aparecía mencionado un tal Agesandros o Aleixandros pero pocas más pruebas vinculan este nombre a la Venus. Se ha llegado a atribuirla incluso a Scopas, escultor clásico del IV a.C.